martes, 29 de marzo de 2011

#64

No te preocupes por esa pequeña gota,

no le prestes atención.

Ni caso a ese leve temblor,

al gemido ahogado,

a la fisura desperezándose

bajo tus pies.

Obvia el corazón

arrastrándose por el suelo

y la esperanza que no termina

de nacer.

Sé que es incómodo,

pero tranquilo.

Sólo es la vida.


Luego pasa.

lunes, 14 de marzo de 2011

#63

Escribir determinadas cosas

requiere a veces tanta tinta

que después sólo queda esperar

a que encuentren la pluma quebrada,

la mancha reseca

y tu cadaver desangrado

sobre el papel.

martes, 8 de marzo de 2011

#62

A Jack no le molestaba el aspecto sucio y decadente de su habitación de motel. No le molestaba la luz rojiza del cartel que anunciaba que en el local de enfrente era posible emborracharse mientras uno observaba cómo se desnudaba una chica detrás de otra, a pesar de que parpadeaba de un modo irritante y estaba colocada de manera tal que caía directamente sobre la almohada. Tampoco le molestaba el hecho de que el televisor de pago no fuese capaz de mantener la emisión durante más de siete segundos sin perder la señal, ni la cama con una pata rota, ni el continuo zumbido del extractor del baño hora tras hora. A Jack todo eso le daba igual.

Lo único que le molestaba, lo que le carcomía el alma y le enfadaba en un grado supremo, era la pequeña mancha de humedad que se había instalado sigilosamente en la pared de la habitación. Aquella sombra de un par de centímetros que iba ganando terreno tan despacio que podría decirse que se mantenía siempre del mismo tamaño. Pero Jack sabía que no era así, que la mancha crecía imperceptiblemente día tras día. Y le podía, le exasperaba, le derrotaba. Porque aquella mancha de avance imparable le recordaba con su intromisión que más allá de aquellas cuatro paredes existía un mundo y tarde o temprano, la fuerza del cambio despiadado e inexorable acabaría por atraparle también a él.

sábado, 5 de marzo de 2011

#61

Según la versión oficial

la fractura de fémur

se debe a mi heróica intervención

para salvar a un gatito asustado

de las despiadadas ruedas

de un camión descontrolado.

Eso, para los demás.

Entre nosotros,

es que tropecé

con ese te quiero accidental

que se te cayó la otra noche.

Y acabo inventando excusas

porque sinceramente,

he perdido la cuenta

de las veces que van ya

con la misma piedra.

martes, 1 de marzo de 2011

#60

No entiendo tanta apariencia:

todos llevamos la rabia

tallada en el alma,

marcada a fuego.

Y se escandalizan sin motivo,

ponen el grito en el cielo,

porque haremos un mundo mejor

destrozándolo.