A Jorge siempre le daba vergüenza ducharse con Sonia. Podían haber pasado la noche entera (una de tantas) haciendo el amor como locos, sin un respiro. Podían haberse recorrido enteros el uno al otro millones de veces jugando entre las sábanas. Daba igual: a la hora de meterse a la ducha, él siempre se esperaba a que ella estuviese dentro, entraba corriendo y se pegaba mucho para que la chica no pudiese ver más que sus ojos azules llenos de champú. Y Sonia sonreía y le abrazaba fuerte, porque aquello le parecía lo más tierno del mundo.
Y aunque ella nunca lo supo, él se dio cuenta meses después de ver cómo se marchaba: el día que Jorge se atrevió a entrar con ella en la ducha fue el día que Sonia dejó de quererle. Y sus ojos recordaron el champú, y se le llenaron de lágrimas.
10 papeles encontrados:
Que tristeza y que ternura a la vez. Sin embargo, me da más pena Sonia que él, se ha perdido un amor especial, de esos que no se encuentran todos los días.
Besos.
Bueno, en realidad hay que decir que Sonia era genial eh? Jorge era un poco dado a meter la pata. Es lo que pasa con los personajes de los relatos, que nunca te lo cuentan todo ;)
Un beso!
bvenga ya, qué hace jorge con sonia?
Creo que no hablamos del mismo Jorge me parece a mí...
nah, está claro que no.
Mi Jorge no tiene los ojos bonitos
Pues eso no lo sé, no tengo el placer. Pero no puede ser el mismo por la sencilla razón de que el mío es majo :P
El champú si se aclara con agua, poco pica. Si se hace a tiempo.
Anyway como tu dices, yo creo que Jorge empezó a espabilar por el simple hecho de que Sonia se alejaba. Si no nunca habría entrado con ella en la ducha.
Irene, es que Jorge no tenía ni idea de si tenía que quitarse el champú o no. Así de tonto era :P
Ladrona, pues seguramente tengas razón, para mí que Jorge debería haberse metido antes. Pero claro, por mucho que le digamos eso el champú le pica igual eh?
hermana, i like reading your stuff.
* see ya
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