miércoles, 3 de noviembre de 2010

#20

El día que Jorge consiguió escapar del manicomio no imaginaba lo cerca que estaba de cambiar su vida. Tras despistar a los guardias, se dirigió al único parque de la ciudad en el que no habitaban esos leones turquesas que todo el mundo parecía ignorar. A esas horas esperaba encontrar el lugar completamente vacío, pero sentada sobre el charco más grande estaba Julia, una loca a la que todavía no habían encerrado. Él se acercó andando hacia atrás (para despistar en el caso de que alguien le siguiese), y dijo dando vueltas sobre si mismo:

- ¿No te parece irónico que el tres odie el rojo?

- Los cactus, en realidad, son de una goma muy dura – contestó ella.

Por supuesto, tras aquella conversación quedaron perdidamente enamorados. Desde esa misma noche desaparecieron por completo de la faz de la Tierra y nadie volvió a saber de ellos. Pero ¿a quién le importa? Al fin y al cabo, sólo eran dos locos.

2 papeles encontrados:

ewa ewa! dijo...

Ya sabes lo que dicen de los locos...
"Los locos cambiaremos el mundo" La demencia es una amenaza para todo lo establecido...

Desilusionista dijo...

Sí, el problema es que los meten en los manicomios en vez de ponerlos en los gobiernos. ¿Preparamos una fuga de algún manicomio?

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