jueves, 21 de octubre de 2010

#8

Recuerdo el minué que sonaba de fondo en aquél salón francés. Tú me cogiste las manos sin decir una sola palabra, y me sacaste a la pista. Te movías despacio pero completamente segura de cada paso, cada movimiento. Tan aterradoramente volátil. Recuerdo también cómo trataste de enseñarme una y otra vez aquél condenado baile, y cómo yo no podía evitar pisarte continuamente a pesar de mis esfuerzos por no herirte. No sé cuánto tiempo estuve practicando aquél baile, pero debió de ser demasiado: cuando levanté la mirada para sonreírte seguro de que ya no volvería a pisarte, allí no quedaba nadie.

0 papeles encontrados:

Publicar un comentario