martes, 19 de octubre de 2010

#2

En Julia llovía algunos días, y todas las noches. Siempre me pareció extraño que todo el mundo a su alrededor actuase como si no pasara nada, como si no se enterasen de lo que había allí dentro. Después entendí que realmente no se daban cuenta, y que Julia tampoco tenía la menor intención de dar a conocer al mundo su lluvia personal. Aquel chaparrón no le pertenecía a nadie más. En mi caso, sin embargo, bastó un cruce de miradas para que la tormenta me alcanzase de lleno, porque el azul de sus ojos no era un azul cielo, o mar, o claro u oscuro. Era un azul tormenta. Por suerte, los chubasqueros son algo muy barato hoy en día.

1 papeles encontrados:

J. dijo...

Me parece inaudito -fíjese bien, señor mío, en lo que le digo- que esta maravilla no tenga un puto comentario.


Así que espero dé su beneplácito a este.

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